Naufragio y piratería. Una historia del siglo XV sobre la formación del Estado danés, la política exterior y la “incompetencia marítima”

Abstract

Hoy pensamos en los estados absolutos como algo dado: por supuesto, los estados querrían tener el poder para llevar a cabo su voluntad. Esta ambición, sin embargo, es una construcción histórica. Así como hay poder, crecimiento económico y prosperidad en el control de los mercados y en el establecimiento de la agenda internacional, el carecer de autoridad, incluso ser “incompetente”, también pudiera ser una disposición favorable. Evidentemente, si uno usa esto activamente. El presente artículo analiza cómo el no comprometerse con los actores marítimos y no buscar establecer el dominio en el mar definió la política exterior de los monarcas daneses en el periodo final de la Edad Media. Al no desafiar a sus vecinos marítimos dominantes, las ciudades hanseáticas, los monarcas daneses podían beneficiarse tanto económica como políticamente de ser aparentemente incompetentes para proteger sus aguas. Este argumento une dos tradiciones en la historiografía danesa. El primero enfatiza los problemas que tenían los monarcas daneses de finales de la Edad Media para garantizar la paz y la seguridad de los trayectos que atravesaban sus aguas, y tiende a caracterizar a la corona como débil en asuntos marítimos. El otro se centra en el control danés sobre los tres estrechos que permiten el paso dentro y fuera del Mar Báltico, el cual hizo de los monarcas daneses importantes actores internacionales. A partir de la inmensa costa del Reino danés-noruego, este artículo muestra discusiones, conflictos y leyes relacionadas con el naufragio, el principal problema diplomático recurrente entre la Liga Hanseática y los funcionarios reales daneses. La discusión muestra cómo el definir a los actores marítimos violentos (como los piratas), en Dinamarca en la Edad Media tardía, no solo tuvo que ver con sus acciones (como el saqueo violento) sino que también tuvo mucho que ver con la formación del Estado, las cámaras de comercio emergentes, diplomacia internacional y lucha política. En este sentido, en lugar de entender la “incompetencia marítima” de los monarcas daneses como una disposición inequívocamente desfavorable, o como un trampolín hacia la supremacía territorial en un sentido moderno, se argumenta en el artículo que los reyes se aprovecharon con éxito de esta situación al tratar con potencias extranjeras.